Novena etapa: Portomarín-Palas de Rei

Bermi y Jligui se han tomado la jornada de relax y sólo han hecho 24 kilómetros para que los cuerpos puedan descansar y recuperar fuerzas de cara al último tramo del Camino. Comenzaron bien la etapa con un ritmo bueno, pero en el tramo final al Bermi le comenzó a doler un empeine, una lesión que ya padeció en su otra pierna. El objetivo era llegar a Casanova, a unos 28 kilómetros, pero al pasar por Palas de Rei, a 24 kilómetros, y ver las colas de mochilas, decidieron quedarse en esta localidad para que el descanso fuera más amplio.

Ya no queda nada para Santiago, tres etapas más y estarán abrazando al santo en la Catedral.

Octava etapa: Samos-Portomarín

Bermi y Jilgui completaron la etapa no sin dificultades, ya que físicamente empiezan a estar justos. Mientras que a Bermi le comenzó a doler la planta de un pie, al Jilgui le salieron dos ampollas en la planta de un pie, lo que hizo que los últimos kilómetros, de bajada hasta Portomarín, fueran muy dolorosos.

Ya están en pleno corazón de Galicia y el grupo ha aumentado con una compañera ecuatoriana que se ha unido a la marcha. Comió con ellos y durmió junto a ellos. puede ser el principio de una gran amistad...

El Camino de Santiago ya empieza a estar masificado. A Bermi y Jilgui les tocó dormir en un polideportivo con tres duchas y un servicio para 250 personas.

Séptima etapa: O Cebreiro-Samos

No se cuidan mal. ¡Vaya birritas!

Nuestros aventureros prosiguen su viaje con una etapa que alargaron para intentar recuperar el día perdido para llevar a los perros a Peñaranda. La etapa habitual es O Cebreiro-Triacastela, pero Bermi y Jilgui deciden continuar y tomar la variante hacia el convento de Samos, en un entorno natural privilegiado. Jilgui pasó un mal día. Desde el alto del Poio, ascensión que realizaron a buen ritmo, comienza a tomar un dolor en uno de sus empeines, dolencia que arrastra hasta Triacastela. Allí se da un masaje con Fastum Gel (una crema antiinflamatoria) y prosiguen al lado de un río por parajes espectaculares.

La estancia en el convento de Samos es una experiencia nueva. No sabemos si alguno de los dos se quedará para purgar allí sus pecados o retirarse de la vida convencional.

Sexta etapa: Villafranca del Bierzo-O Cebreiro

Bermi, en Castilla y León, y después en Galicia.

Tras la marcha de Martínez, Bermi y Jilgui afrontaron la escalada cumbre del Camino de Santiago, el puerto de O Cebreiro, la entrada a Galicia. Después de varios kilómetros a la vera del río, los dos peñarandinos hicieron la escalada juntos y en un tiempo muy bueno, ya que a las 12,30 horas ya estaban en la cola del albergue de o Cebreiro.

El estado físico de ambos es bueno y ya tienen lo más difícil superado. Desde lo alto de la mítica montaña, ya se divisa Santiago de Compostela, que está más cerca. El atardecer les ofrece uno de los mejores paisajes de todo el Camino.

Quinta etapa: Ponferrada-Villafranca del Bierzo

Mal día. Al final he tenido que regresar a casa. La rodilla no aguantaba en las bajadas en el ultimo tramo de una etapa, a priori, fácil de 24 kilómetros. Así no se puede afrontar la terrible subida a O Cebreiro de mañana. Además las ampollas hacían que caminara incómodo, aunque no tenia dolor en los talones.
Bermi y Jilgui han vuelto a esperarme en los últimos kilómetros. Roto física y animicamente he vuelto a casa. Ahora solo queda recuperarme y dar ánimos a mis compañeros para que prosigan hasta Santiago por los perros y por mi.
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Cuarta etapa: Rabanal del Camino-Ponferrada

Primera etapa en la que superamos los 30 kilómetros y nos acercamos a los 40 después del rodeo que nos dieron para entrar al albergue. Subimos pronto a la Cruz del Ferro, la cima del Camino. A las 9 veíamos el montículo de piedras de la cima. El ritmo había sido bueno y nos encontrábamos bien.
Comenzamos el descenso de 25 kilómetros y paramos a almorzar en El Acebo, al principio de la bajada. A partir de ese momento mi rodilla derecha empieza a resentirse y mi ritmo ralentiza al grupo. En Molinaseca veo que no voy bien, pero continuamos a Ponferrada. Esos kilómetros fueron de sacrificio para mi, aunque Jilgui y Bermi se portaron como unos señores. Al llegar al albergue tuvieron el detalle de dejarme entrar el primero.
El hospitalero que me cura los talones se alerta de como he podido hacer la etapa.
Mañana a Villafranca del Bierzo o mas alla. Eso esperamos...

P.D.: Si la foto esta torcida es culpa de un italiano que no supo que se podía hacer horizontal con el móvil.
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Contratiempo al amanecer

Despertamos a las 5 de la manana para afrontar con la fresca la Cruz del Ferro. Segun nos preparamos Argos cojea y nos tememos lo peor que se confirma al salir del pueblo. Debemos abandonar con los perros. Lo primero es la salud de ellos. Charlie y Heidi estan bien pero las almohadillas comienzan a estar justas.
Retomaremos el Camino sin perros.
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